Gente que piensa (en mí)

lunes, 20 de agosto de 2012

Use somebody


Todos queremos que las cosas no salgan bien, ¿no es así? Deseamos que nos quieran, sacar las mejores notas, que nos suban el sueldo en nuestro trabajo y que los vecinos hablen bien de nosotros. Queremos ser felices, aunque me atrevería a decir que en la mayoría de las ocasiones tan solo queremos parecerlo. 
Vivimos esperando a la suerte, a que nos sonría la fortuna, a que el destino nos proporcione todo aquello que nosotros no somos capaces de conseguir. Utilizamos maquillaje para tapar nuestras malas noches, pañuelos para secar las lágrimas y psicólogos a los que contarle nuestras penas porque no queremos parecer débiles frente las personas más cercanas. Todo el mundo habla de sus amores, de cómo los conocieron, de la primera vez que les hicieron el amor. Nadie cuenta las noches de soledad, las veces que se evita la cama por el hecho de no dormir solo. Ninguno nos atrevemos a mandar el sms de buenos días, ni a trazar lazos de amor y confianza por el miedo a que nos partan el corazón.
En definitiva, nadie se atreve a decir que le va mal, a dejar al lado el orgullo y a pedir consejo. Que fácil sería preguntar: "¿oye tú cómo saliste de esta?" y que difícil sería contestar. Porque aunque parezca increíble, cuesta más enseñar a los demás ser felices que aprender uno mismo a serlo. 
¿Será por qué una vez que hemos dejado atrás los problemas nos reconforta ver a los demás hundidos? 

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