Gente que piensa (en mí)

martes, 29 de enero de 2013

Aprendí a amar...

Aprendí a amar mientras aprendía a leer. Aun cuando era una niña mi madre me leía millones de cuentos, noche tras noche, por muy duro que hubiera sido su día y por muchas ganas que tuviera de perderme de vista. También navidad tras navidad, Papá Noel siempre dejaba algún maravilloso libro como regalo. De esta forma es como aprendí que quién bien te quiere, bien sabe que regalarte, pues mi querida madre no ha fallado nunca en ninguno de los libros que me ha regalado a lo largo de su vida.
Una vez que crecí descubrí que la literatura es una buena forma de conocer y enamorar a los demás mediante recomendaciones de obras literarias. Sin embargo, fue en el momento en el que hallé la poesía cuando comprendí la maravillosa unión entre el amor y los libros. Aunque también descubrí el desamor, los corazones rotos y las penas tan profundas que pueden destruir almas puras y limpias.
Por todas estas razones, es por las que creo que ambos se encuentran en desuso. Ya nadie regala flores o escribe cartas de amor. Al igual, la escritura moderna deja mucho que desear. Ya nadie escribe con la perfección de Torcuato Luca de Tena en "Los renglones torcidos de Dios" o inventan mundos nuevos como J.R Tolkien. Ya nadie vive historias apasionantes como Julio Verne y ni si quiera se crean críticas tan brillantes como Rebelión en la Granja. Y el amor... El amor se resume en moteros que pintan graffitis o en contratos y masoquismo. ¿Dónde quedó "El jinete de bronce", dónde quedaron los pequeños gestos como cruzar la calle? ¿Qué fue de los sacrificios de "Romeo y Julieta"?
El presente, al igual que la literatura, parece hallarse congelado, manteniendo el aliento ante la falta de perfección técnica, rimas bien elaboradas y musas que no llegan. Hace mucho un buen amigo me dijo que mi gran problema era que no sabía pasar página.

 ¿Pero cómo poder pasarla si sé que cuando termine los viejos libros llegarán unos nuevos en los que no encontraré nada que me motive, nada que me recuerde la perfección y nada que me haga amar?

2 comentarios:

  1. Que razón tienes. Te lo digo de A., a A.
    gran entrada. Me gusta mucho como escribes, y no puedo resistirme a comentar respecto a esto. Que diferente es leer algo actual a algo más de antes, y lo diferente de lo que transmite, de lo que hace sentir. Que poco se siguen ahora los sentimientos y lo que va por dentro de cada uno realmente...
    (: Un saludo

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    1. Muchísimas gracias, me ha alegrado muchísimo que te guste como escribo. Estoy muy de acuerdo con tu comentario, releemos las mismas frases, los mismos libros, y escuchamos las mismas canciones intentando evocar la sensación que tuvimos la primera vez. Sin embargo, ocurre lo mismo que con el primer amor, una vez que pasa, y por muy marcados que nos deje, no se puede recuperar. La vida sigue y hay que encontrar nuevos libros que nos recuerden lo que era sentir.

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