Gente que piensa (en mí)

sábado, 14 de septiembre de 2013

Si ya no sirve de nada.

No tengo razones para ser feliz. Prometo que lo he intentado, pero me canso de perseguir a la suerte, de luchar con el destino y ahogarme en vasos de vodka a las tantas de la madrugada. Al principio todo está bien, bebemos, saltamos, cantamos y disfrutamos de la vida. Los chupitos se suceden, las cervezas, las bromas. Algún chico nos dice cosas bonitas y por un momento logro sentirme querida. Hasta que suena esa canción. Esa maldita canción que me recuerda a ti, a todos los momentos que compartimos, a nuestros sueños, a nuestras bromas, a nosotros. A nuestros besos y a nuestros gritos. Me cansa salir de fiesta, me cansa salir de casa, me agota salir de la cama cada mañana si sé que por la noche volveré a ella sola, sin ti. Estoy harta de hacerme la fuerte y llorar a escondidas, de decirle a todos que estoy bien cuando siento que me vacío por dentro. Y estoy harta de prometerme a mí misma que las cosas cambiarán, que empezarán a ir bien y que terminaré olvidándote. Y sobre todo, estoy harta de creérmelo, porque hay momentos en que lo creo, hasta que suena esa puta canción y todo se viene abajo. No, no tengo razones para ser feliz.

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